5 de agosto de 2009
Obama solicita a China que se respete y proteja la libertad religiosa y de conciencia
El encuentro bilateral entre Estados Unidos y China celebrado en Washington avanzó las estrategias con las que ambos países afrontan los retos de hoy en día. Economía, medio ambiente o geopolítica son algunos de los temas en los que se acercaron posturas. Sin embargo, no ocurre lo mismo en materia de libertad religiosa, y Barack Obama pidió al país asiático que «respete y proteja» la religión y la cultura de sus pueblos.
Aunque la libertad religiosa ha avanzado en los últimos años, siguen llegando noticias de cristianos perseguidos y encarcelados como «agentes subversivos al régimen». Actualmente, se estima que hay más de 300 millones de cristianos en China, aunque sólo un tercio son reconocidos por el gobierno.
Barack Obama hizo este alegato en su discurso de inauguración del llamado ´encuentro sobre Diálogo Estratégico y Económico entre China y Estados Unidos´ que tuvo lugar la pasada semana en Washington. Acompañado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, Obama se reunió con el viceprimer ministro chino, Wang Qishan, y el consejero de Estado, Dai Bingguo. Esta es la sexta celebración del Diálogo Estratégico y Económico, iniciado en 2006 por el entonces presidente estadounidense George W. Bush y el presidente chino, Hu Jintao.
LIBERTAD DE PENSAMIENTO
Si bien Obama aplaudió el progreso experimentado por el país asiático a la hora de «salvar a centenares de personas de la pobreza» así como «los considerables logros de la antigua cultura China», el presidente estadounidense recomendó a las autoridades que respeten la libertad de pensamiento, religiosa y la cultura de las etnias que conviven en el país.
En comentarios realizados a la luz de los graves disturbios entre musulmanes uigures y chinos de la etnia han en el la región de Xinjiang, en el oeste de China, Obama expresó su «enérgica certeza» de que «la religión y la cultura de todos los pueblos deben ser protegidos y respetados, y que la gente debería ser capaz de expresar libremente sus ideas, incluyendo a las minorías étnicas y religiosas que viven en China».
Obama consideró el respeto a los Derechos Humanos como elemento esencial en las relaciones entre ambos países. «No buscamos imponer el respeto a la libertad de pensamiento, a la libre religión, a la elección de los líderes, pero es lo que nos define, y es lo que guía nuestra capacidad de abrirnos ante los demás», indicó el presidente.
RETOS DEL SIGLO XXI
El presidente animó a un esfuerzo conjunto para solucionar los problemas medioambientales globales y la reducción de la proliferación nuclear en el mundo en lo que ha sido su primer gran discurso sobre las relaciones con el país asiático desde su llegada a la Presidencia. El objetivo de la reunión es el «desarrollo de un nuevo marco de relaciones entre China y Estados Unidos», según indicaron Clinton y Geithner en un artículo de opinión conjunto publicado en el diario estadounidense ´Wall Street Journal´.
Para el presidente estadounidense, la relación entre China y Estados Unidos «definirá la forma del siglo XXI, en lo que será la relación bilateral más importante del mundo», y que va acompañada de «una responsabilidad que ambos países deben soportar». Unas declaraciones que parecen desplazar la importancia del G-8 en el orden mundial hacia un modelo bilateral, lo que algunos analistas han denominado como G-2.
Obama reconoció que los intereses de China y Estados Unidos se encuentran más cercanos que nunca. Así, recalcó la importancia de mantener una nueva relación «amplia y profunda» que une a ambos países, basada en «intereses comunes compartidos». «Si avanzamos en esos intereses a través de la cooperación, ambos pueblos saldrán beneficiados, porque nuestra capacidad para asociarnos es un prerrequisito del progreso en muchos de los desafíos globales más acuciantes», indicó en su discurso de inauguración del encuentro, recogido por el ´Wall Street Journal´.
RETO NUCLEAR Y MEDIO AMBIENTE
Obama instó a la cooperación mutua en «un futuro energético limpio, seguro y próspero», reconociendo que ambos países son los dos principales consumidores de energía del mundo, y los dos mayores emisores de gases contaminantes del planeta. En este sentido, «ninguno de los dos se beneficia de una dependencia cada vez mayor del petróleo extranjero» y «no pueden permitirse dejar a la gente a su suerte ante los peligros del cambio climático», según el presidente.
El presidente Obama expresó igualmente su interés en cooperar con Pekín a la hora de contener la proliferación de armas nucleares en el mundo. «Que nadie se confunda: cuantos más países tengan estas armas, más probable es que terminen siendo usadas», declaró, asumiendo que ni Estados Unidos ni China desean el inicio de una carrera armamentística en el este de Asia, particularmente en Irán y en la península de Corea, donde Corea del Norte sigue desarrollando un programa de armamento nuclear.
«Es por ello por lo que debemos proseguir con nuestra colaboración para lograr la desnuclearización de Corea, dejando claro a Corea del Norte que es posible discurrir por la senda de la seguridad y del respeto si asumen sus obligaciones con la comunidad internacional», declaró. «Y es por ello por lo que debemos colaborar a la hora de impedir que Irán adquiera un arma nuclear», añadió.
El presidente estadounidense extendió esta colaboración a «cualquier tipo de amenaza transnacional» en un marco de cooperación establecido a través del «intercambio constante de datos de Inteligencia» para desmantelar tramas terroristas y cualquier tipo de «amenaza sanitaria transmitible por enfermedades». También hizo especial hincapié en la situación en la región sudanesa de Darfur, donde China se ha convertido en el principal importador de petróleo. En este sentido, Obama pidió la ayuda de Pekín para lograr una «paz integral» en el país africano.
En sus conclusiones, Obama terminó por resaltar el compromiso de «perfilar el joven siglo XXI» a través de la «cooperación sostenida» y no del «enfrentamiento mutuo».
«Deseo emprender este esfuerzo con mi primera visita a China, donde espero conocer mejor a vuestros líderes, vuestro pueblo y la majestuosidad de este país. Juntos, confío en avanzar en la dirección del progreso, y cumplir con las responsabilidades de nuestro pueblo, en un futuro que compartiremos», declaró.
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