En la capital iraquí, Bagdad, hay unos 3.000 evangélicos repartidos en unas 12 iglesias. A la vez que la obra crece y son cada vez más los iraquíes convertidos al cristianismo, las represalias de los fundamentalistas se incrementan. La intolerancia y la persecución se hacen cada vez más tangibles, con ataques a las iglesias y familias enteras que dejan sus pueblos para evitar la confrontación.
El Coordinador de Misiones de la Federación Bautista Europea informa sobre la situación del trabajo misionero en la región. Seis iglesias en Bagdad y una en el norte de Irak fueron atacadas en el pasado mes de julio por fundamentalistas islámicos, que parecen agravar sus acciones a medida que se acercan las elecciones.
SIN LUGARES SEGUROS
El Padre Bashar Warda, Rector del Seminario Mayor de Ankawa, ha señalado a la organización internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) que los cristianos en Irak ya no están seguros ni siquiera en la zona de Nínive, en el lugar en donde se supone que todavía podían resguardarse de la violencia de los extremistas islámicos.
En conversación con AIN, el sacerdote afirma que «me entristece tener que decir que la emigración de las familias cristianas que hemos visto en lugares como Mosul y Bagdad ha comenzado ahora en el área de Nínive».
Este presbítero comenta que no puede dar un número exacto de los cristianos que se están yendo de la zona de Nínive, pero sabe que unas 30 a 40 personas de pueblos enteramente cristianos están huyendo para no volver. Además, el reciente secuestro y la posterior liberación del médico cristiano, Mahasin Bashir, en la localidad de Bartala podría incrementar este número.
Esta violencia pre electoral –las elecciones serán en 2010–, tiene sus raíces en el deseo de los fundamentalistas musulmanes de crear un «cielo seguro» para los que profesan la fe islámica. El Padre Warda comenta además que «sería peligroso especular pero si la violencia empeora, esto agravaría seriamente nuestra situación. Está claro que cuando hay un problema que empeora, la primera solución en la que piensan los cristianos es la emigración».
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