Su talento les ha llevado a lo más alto de la competición: disputar un mundial. Viven el sueño que muchos quisieran cumplir y lo agradecen a Dios. Los brasileños Kaká y Lucio, el centrocampista paraguayo Jonathan Santana, o Vincent Enyeama, el portero nigeriano que amargó el debut de Messi, hablan de su fe sin tapujos. Aunque la FIFA no les deje manifestarlo en el terreno de juego, su testimonio sale a la luz.
En el caso de Jonathan Santana, su historia va más allá del triunfo deportivo. «Dios me salvó, hizo un milagro», asegura el centrocampista que en 2002 estuvo en estado crítico tras ser tiroteado en Argentina. Ocho años después, forma parte del plantel paraguayo que participa en la copa del mundo en Sudáfrica. A su compañero Cabañas le pasó algo parecido hace poco. Y como el delantero, Santana pudo seguir vivo para contarlo, volver a jugar al fútbol y debutar ante Italia en un Mundial. Y todo gracias a una intervención divina, a la ayuda de Dios. «Él me salvó», asegura, haciendo gala de una fe que impregna todas las facetas de su vida. Mas Informacion Aqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario